Si el tiempo no hace ruido, ¿quiénes hablan por él? Hablan los recuerdos tendidos en sus pentagramas formando partituras. En esta pieza teatral, a medio camino entre el gabinete de curiosidades y un infierno digno de Sartre, vamos a recorrer lo mejor y lo peor de la familia, soporte elemental para el ser humano y templo de nuestras divinidades más inmediatas que son nuestros seres queridos. Están invitados a este culto mistérico de la garra de sus oficiantes. El primero de ellos es Néstor, quien se alza como víctima y divinidad de este culto, como su alter-ego, Dióniso. El pater familias gobierna hasta la náusea el devenir de su cuerpo sacerdotal. Clara es la sierva del templo, la prostituta sagrada. Las hijas de Néstor, Irene, Raquel y Ana, son sus bacantes. Aun siendo independientes, comparten un objetivo común que todo lo cubre y corrompe. Las podríamos denominar la Triple Hécate. Irene, la mayor y la más despiadada, es la suma sacerdotisa. Raquel es la “Madre” quien a veces carece de un filo tan agudo como su hermana. Ana, en su adolescencia, es la “Doncella”, la que vive “enterrada”. Todas estas fuerzas telúricas estarán omnipresentes desde esa Furia que es la Memoria. Con su aparición, la liturgia se desplegará sobre las relaciones humanas y su poder constrictor. Eloy Rojas
Dirección, texto y adaptación: Carlos Herrera Carmona.
Reparto: Juan A. Pino (Néstor), Paloma Peña (Clara) , Alba Cuevas (Raquel) , Blanca Huidobro (Irene) y Javier Golvano (Ana).
Voz narrador: Carlos Rubio.
Espacio sonoro: Psicolorama.
Realización vestuario: Hermanas Escobar.
Maquillaje: Iris González.
Escenografía: Carlos Herrera C. e Inmaculada Martínez.
Diseño iluminación: Jara Cerro.
Técnico luces: Abel García.
Idea cartel: Juan A. Pino, Rodrigo Parrado y Pilar Manzanares.
Diseño programa: Carlos Monago de Paz.
Fotografía: Nieves Pérez.
Una producción de Elsinor Teatro.
